La segunda fosa se halla en el interior del cementerio.

En la localidad de Siétamo, escenario de grandes combates y de matanzas protagonizadas por ambos bandos, continúan existiendo al menos dos fosas comunes identificables como tales. La mayor de ellas se encuentra situada en un campo -“el campo de López” sito en el borde de la antigua carretera general Huesca-Barbastro, justo al lado del punto del que partía el desvío de entrada a la localidad, convertido hoy en la ruta de incorporación a la nueva autovía en dirección a Huesca cuando se sale del pueblo. Contiene los restos de muchisimos soldados –varios informentas afirman que podrían ser más de 200- fallecidos en los combates que concluyeron en la toma de la localidad por las fuerzas republicanas en septiembre de 1936. No está señalizada en modo alguno.

La fecha de los acontecimientos es aproximada.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: Los rebeldes asesinaron a 22 vecinos de Siétamo, en gran parte en lugares muy próximos al pueblo. Entre los fallecidos podemos contar a Petra Cabellud Berdún, Joquín Gracia, Joaquín Gracia Cabellud, José María Gracia Cabellud, Pantaleón Cabellud, Lorenzo Arnal, Antonio Bescós Ramón, Francisco Morrano, Ramón Rais, Antonio Carilla, Juan Antonio Bergua, Andrés Cavero, Mariano Muro Latre, Domingo Ballarín, Aurelio Claver, Ramón Sa, Rafael Bruis, Antonio Artero Zamora, Vicente Arnau Brusau, José Laliena Puyuelo, Francisco Palacín Bravo y un joven del que sólo se recuerda que era apodado “Carletes”. Otros dos vecinos de Siétamo llamados Romualdo Ferrando Periga y Asunción Pañal Rais serían fusilados por los sublevados en Huesca en el año 1938.

Otras víctimas de la represión ejercida por los republicanos: Cuando menos de dos meses después de la toma de Siétamo por los sublevados los republicanos recuperaron el lugar asesinaron a otros 21 de sus vecinos, en ocasiones por su implicación en las muertes anteriores. Las matanzas tuvieron lugar por todo el término y la mayoría de los cadáveres de unos y otros nunca llegaron a ser recuperados. Entre esas víctimas de la violencia republicana podemos contabilizar a Félix Benedé Gota, Martín Boira Nadal, José Boira, Jorge Boira Nadal, Urbes Campodarve Trallero, José María Bastarás Ruiz, Nicolás Oliván Fernando, José Zamora Ballarín, José Buisán, Francisco Trullenque Liarte, Eleuterio Bergua Grasa, José Lacambra Ramón, Francisco Mairal Clemente, Jorge Boira Bastarás, Martín Satué Ballarín, Cosme Escartín Duaso, Angel Lobaco Mateo, Pascual Buil Buil, Vicente Zamora Ballarín, Justo Lozano Castilla y Antonio Carilla.